Hoy vuelvo a nacer.

Los seres humanos nacemos dos veces, la primera cuando venimos al mundo, la segunda cuando le brindamos un ser humano al mundo.

@davezelema

Este no es un blog sobre mi vida, no soy dado a escribir sobre mi existencia ni a hablar de ella porque no la considero trascendente. No hablaré de mis viajes, no será un blog de estilo de vida ni de negocios. Este es un blog de desarrollo personal a través del Alto Rendimiento y siempre con base científica. De eso me verán escribir de aquí en adelante en este pequeño pero prometedor espacio del Universo digital. Pero todo tiene un inicio, y llevo meses pensando en cómo dar este primer paso, así que me inventé la mejor excusa (dime oportunista) para «dar a luz» esta web.

Siempre quise tener un blog. De hecho es el tercero que inicio, así que el gran reto de aquí en adelante es no terminarlo. Uno nunca sabe cuando es el momento de comenzar, pero soy de la idea que hacemos las cosas porque nos conviene, porque nos sentimos obligados o porque significan o contribuyen a algo que te importa. Tal vez nunca había sido empujado hasta este tercer estadio. Hoy este post significa algo, e iniciar hoy le da un sentido a este mismo blog: mañana nace mi primer hijo.

Se llama Biel, lo conocerán. Elegimos ese nombre mi esposa Hainik y yo porque nos inspiro su significado. Es un nombre de origen catalán y significa «la fuerza de Dios». Y bueno, no soy ni de lejos la persona más religiosa de este planeta pero creo que los significados importan. Darle nombre a un hijo es darle tu impronta, es como ponerle el título a una obra artística. No es un acto de frivolidad, es la segunda herencia que recibirá. La primera es genética, y la segunda, su nombre, es una herencia de identidad. La tercera y última herencia que recibirá será de seguro la más determinante: la educación.

El único legado.

Mañana vuelvo a nacer, o una extensión de mi lo hace. Y no desde el punto de vista solo genético, sino desde la oportunidad de perpetuar en mi hijo el verdadero ADN de la educación: los valores.

El conocimiento de los idiomas, las disciplinas educativas como las matemáticas, la historia, la geografía o las artes son opciones que encontrará en el camino. Enseñarle buenos valores, valores que sirvan para guiar su vida, valores que importan y hacerle comprender esa dimensión es mi principal labor y responsabilidad educativa.

Si Biel lee este post algún día (espero que lo haga), su presente asentimiento será la confirmación de varios puntos: primero, pude cumplir la meta de tener un blog y hacerlo llegar hasta él. Segundo, y el verdadero motivo de esta manifestación, pude llevar a cabo la intención de la responsabilidad adquirida que emana de este texto.

Hoy son un compromiso escrito y publicado conmigo hacia Biel, mañana serán el único legado.

Hoy vuelvo a nacer

Las personas cambian por 2 motivos: algo nuevo y externo llega a sus vidas o algo nuevo emerge dentro de ellas. Tener un hijo tal vez sea la única ocasión en que esos 2 motivos confluyen. Por eso debe ser tan poderoso.

Mañana será un día marcado en mi vida, en la de mi esposa, en la de mi familia más allegada. Será volver a nacer, tener la oportunidad de construir un ser humano que sirva al mundo. Decidir servir será su decisión. No tengo expectativas respecto a sus rasgos físicos, orientaciones sexuales, ni su inclinación profesional, ni su decisión de que mi obra le importe o no. Solo tengo apertura a esta etapa, tan llena de incertidumbre como intencionalidad para mí.

Porque Biel es un hijo nacido de la absoluta intencionalidad. Dicen que uno nunca se prepara para ser padre, pero sí creo que es legítimo decir que uno sabe cuando puede ser padre. Un acto de estas características debería estar lleno de intencionalidad, de consciencia y de vital generosidad: es el momento en que aceptamos que nuestra vida, la existencia física de uno mismo deja de estar en primer lugar, para proteger con esta si es necesario la perpetuación de tu descendencia.

Aceptas eso en el momento que decides tener un hijo.

Hoy vuelvo a nacer, y creo que desde hoy viviré 2 vidas: La que un día heredé y la que hoy empiezo a sembrar como legado.

Te amo Biel, no te conozco aún, intentaré que nos llevemos bien, pero tu papá de hoy es a veces algo distante, exigente y taciturno. Si no he podido corregir eso cuando leas este texto y te he afectado de alguna manera, siempre podré alegar que te tuve sobre aviso toda la vida.